Filosofía de la Mediumnidad

Tomado de la lista de correo Espiritismo Estudios
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Traducción libre
Parte III

Espíritu: Miramez
Médium: Joao Nunes Maia

La mediumnidad no es un pasatiempo ni un juego de niños; es un instrumento serio, en el que la verdad se manifiesta para la paz de toda la Humanidad. Dios le entregó a los hombres aquello que pueden hacer para que sepan que la vida continúa y que se alegren, hartando el corazón de esperanza, al saber que nadie muere.

Llegó el momento de que vuelvan los llamados “muertos” para que le hablen a los llamados “vivos”, diciéndoles lo que les espera.

El mayor deber de los hombres es hacer la parte que les corresponde, y aun así, los Espíritus benevolentes están a su lado, ayudándoles a comprender sus tareas. La mediumnidad no es una
diversión, es una fuerza educativa; no es una frivolidad para los individuos, sino que brinda grandiosas posibilidades de educación, motivando a todos los seres humanos a respetar todos los reinos de la Naturaleza, para que el respeto alcance a sus propios semejantes.

Amar a Dios en todas las cosas es transformar a los diez mandamientos en sólo uno, que ilumina todo, cual reflejo del propio Dios de amor. Todas las personas livianas que llegan al
Espiritismo con falsas ideas sobre la mediumnidad, acaban, por no encontrar en la Doctrina la atención a sus intereses personales, alejándose más deprisa de lo que pensaban.

La marcha de la Doctrina Espírita es la marcha de la Luz y nadie le impedirá iluminar a todos los pueblos, porque ella es Jesús volviendo para concretar Su gran obra de salvación de la Humanidad; salvación que no debe ser entendida en la concepción humana, sino al aparecer cual el Cristo interno, para inducir a todos los seres a que hagan despertar sus valores espirituales por el amor, por la caridad y por el perdón, de modo que todos los valores que existen en estado de sueño, despierten para la gloria de la vida.

La mala impresión que los novatos tienen del Espiritismo es por los problemas que surgen en los caminos. Ellos surgirán ciertamente, porque al esforzarse por mejorar, aparecen los rechazos íntimos, que deben ser enfrentados con energía y aun con alegría, porque demuestran que se está en el camino.

La vida de Jesús nos muestra por lo que debemos pasar para que seamos alumnos de Dios. Deberán surgirnos críticas, también ofensas, injurias, calumnias, falsos testimonios y burlas... Hasta los amigos podrán huir. Y para darnos ejemplos de firmeza, eso ya ocurrió con el Divino Maestro.

Si estamos con Dios y con Cristo en el corazón, todo pasa; amémoslos en todas las dimensiones de la vida, que la vida nos responderá con su fuerza para que vivamos solamente en el bien.
Hay dentro de ti todo lo que precisas para tu felicidad. El Espiritismo, codificado por el insigne instructor Allan Kardec, está lado a lado del progreso. Es, pues, una doctrina progresista, que ocurre por la mediumnidad esclarecida, presentando innovaciones que se manifiestan gracias a su base de luz a través de los canales sublimados de Nuestro Señor Jesucristo.

Los libros serios tienen una función grandiosa en la educación de los médiums. Los dirigentes de las organizaciones espíritas deben empeñarse en la educación de los medianeros, en su instrucción; puesto que, ¿para qué saturar una comunidad con médiums que ignoren las verdades espirituales? Esos, en elevado número, ya existen por todas partes y en todas las religiones.

Los centros espíritas no deben inducir al novato, en cuanto llega a la casa, al desarrollo mediúmnico, sino, incentivarlo a despertar sus sentimientos e indicarle medios para que por el trabajo para el bien general, que es donde nace el amor, mejore sus cualidades virtuosas.

Sea quien sea el candidato, analfabeto o intelectual, él primeramente, como base para su comprensión, debe leer “El Libro de los Espíritus". Se engaña si piensa que no lo está entendiendo, ya que en él están todas las leyes naturales que todos conocen por su genealogía de vida.

La parte de la práctica de la mediumnidad deberá ser la última que se le presente al compañero, será cuando él ya haya adquirido la responsabilidad para con sus deberes espirituales y sepa usar los dones que le afloraron para el bien de la Humanidad.

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Un abrazo,

Claudio Fimiani
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