Señoras y señores, damas y caballeros, niños y por qué no lactántricos, basta de vueltas. Hay que decirlo de una vez por todas y para siempre: No existe la competencia sana. La competencia siempre es mala. Caca. fea. ¡Ugh...!
Así es. El famoso y siempre ponderado "espíritu competitivo", utilizado orgullosamente por las empresas del caduco sistema capitalista para arengar y entusiasmar a sus empleados-tropas, es realmente una merde, para ser suaves, claro... Pues este sentimiento, que se nos vende como noble, vital y positivo, hace que "aflore" --aunque más atinado sería decir, salga a la superficie...-- ni más ni menos que lo peor del ser humano.
Celos, envidia, codicia, ambición, egoísmo, individualismo, insolidaridad, egocentrismo y otras "joyitas", son el motor de la llamada "sana competencia".
¿Quién dijo entonces que, más allá de los resultados, lo importante es competir...?
Un abrazo,
Claudio Fimiani
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