(*) La entrevista fue realizada en el año 1997 para mi revista barrial "Nuevo Espacio".
La foto que ilustra la entrevista fue tomada del sitio oficial de Andrea Alvarez: www.ru.com.ar/andreaalvarez/
Andrea Alvarez, 35 años(*), baterista, ama de casa, argentina, mamá y esposa, se pasea atareada entre biberones, pañales, palillos de batería y tambores bien templados. Es una de las pocas si no la única mujer baterista del rock nacional. Compartió discos y escenarios con las Viuda e hijas de Roque Enrol, Alejandro Lerner, Juan Carlos Baglietto, Charly García, Divididos, Andrés Calamaro, Los Brujos, las Blacanblus y el recientemente disuelto Soda Stereo.
Su último proyecto hasta la fecha fue un disco con Ulises Butrón para lanzarse de lleno a la crianza de su hijo, Pablo. Actualmente, ha vuelto a la enseñanza de lo que es su mayor pasión: tocar la batería.
Lo que sigue es una entrevista que pretende ser original y distinta, enfocada más en la persona común de todos los días que en el artista que, más o menos, todos conocemos.
Klau Fimiani: Andrea, hacerse el estúpido, ¿conviene?
Andrea Alvarez: Yo creo que no... Para mí, es imposible, aunque trato, eh, pero no puedo... (risas).
K. F.: ¿Cuál es para vos el sentido de la vida?
A. A.: El sentido de la vida, para mí, fue tener a mi bebé. En ese momento en el que el bebé sale del cuerpo de uno, ahí es como que le encontrás. No sé si me va a pasar algo más importante, a menos que tenga otro...
K. F.: ¿Quién se la creía menos en Soda Stereo?
A. A.: Tweety.
K. F.: Yo me refería a los grossos. ¿Tweety qué era?
A. A.: Por eso, el tecladista, era el que menos Soda Stereo era... (risas). No, no se la creen. Cuando vos estás conviviendo con personas en cosas muy íntimas no se la cree nadie. O sea, no es una situación en la que uno se la cree o no. Todos eran accesibles. Porque estás en una situación en la que estás tocando, no puede una persona no ser accesible uno con el otro. Por ahí no es accesible con otras personas, no conmigo.
K. F.: Lo alternativo, ¿es una moda más?
A. A.: No sé, porque lo alternativo, lo que se llama alternativo entre comillas no es alternativo realmente. No sé si es una moda o no. Realmente ni me interesa lo que le llaman alternativo. No me importa... (risas).
K. F.: ¿Cuál es tu platillo favorito?
A. A.: Me gusta la comida macrobiótica.
K. F.: ¿Sos naturista?
A. A.: Sí, pero que la cocine otro... (risas).
K. F.: ¿Y tu bebida favorita?
A. A.: ¿Sabés que no me gusta tomar nada...?
K. F.: ¿Me vas a decir que nunca te pusiste "en pedo"?
A. A.: Sí, me puse en pedo, pero no, no me interesa... Me gusta, digamos --si tengo que ser adicta a algo-- soy más adicta a las comidas.
K. F.: ¿Y el cigarrillo?
A. A.: No, no fumo nada.
K. F.: Dios, ¿existe? ¿Dónde vive?
A. A.: No sé si existe y no sé dónde vive, si vive... (risas).
K. F.: ¿Hay vida en otros planetas?
A. A.: No sé, porque no fui a ninguno (risas).
K. F.: ¿Quién sos?
A. A.: Yo soy Andrea Alvarez. Músico, mamá, esposa...
K. F.: Y argentina. Andrea, ¿qué es el ego y para qué sirve?
A. A.: El ego... no sé, yo creo que uno tiene que tener autoestima y tiene que valorarse y muchas veces a eso se le llama ser egocéntrico. Para mí, los egocéntricos son gente que no se valora y trata de hacer que sí, pero cuando vos te valorás, no lo necesitás...
K. F.: Claro, o sea que cuando uno se valora es menos orgulloso...
A. A.: Lo que pasa es que hay gente que no está acostumbrada a que uno le marque los puntos, los límites, entonces pueden creer que uno es egocéntrico. Pero por ahí el ego es pensar que todo gira alrededor de nuestro ombligo. La gente que se mira el ombligo, o gira todo alrededor de uno, qué sé yo... Yo, desde que soy mamá, digamos que mi ego ya no sé ni dónde está (risas). Todo gira alrededor de otro...
K. F.: Del bebé...
A. A.: Claro, mis necesidades pasan a segundo plano. Las tengo que adaptar.
K. F.: Entonces, ser grande ¿obliga a ser humilde?
A. A.: No, ser grande obliga a asumir responsabilidades.
K. F.: Esto te lo pregunto por lo que hablábamos off the record sobre que me pareciste humilde, accesible y que, por ahí, cualquiera que no es nada se la re cree...
A. A.: Lo que pasa que yo no necesito ser antipática para creerme que soy más o menos que una persona. El que se puede confundir es el otro. Que yo trate bien a una persona no significa que esté a mi misma altura, eh... (risas).
K. F.: Hay como una tendencia que es que hay que ser "pistola", hay que ser canchero...
A. A.: Sí, no, ni me interesa esa gente.
K. F.: Está bien, pero, ¿creés que la gente que actúa así, en el fondo oculta inseguridad?
A. A.: No, no sé, no sé, no me gusta.
K. F.: ¿No ves gente prepotente alrededor tuyo?
A. A.: Sí, pero no le doy bola... Hay un montón de gente prepotente. En otro momento por ahí me peleaba, pero ahora, hoy, no le doy cinco de bola.
K. F.: ¿Te analisás?
A. A.: No ahora, sí lo hice.
K. F.: ¿Grupal o individual?
A. A.: Sola.
K. F.: ¿Freud o Lacan?
A. A.: ¡Ay, no sé! ¡No entiendo de eso!
K. F.: ¿Estás de acuerdo con la educación sexual? ¿A partir de qué edad?
A. A.: Sí... Desde siempre. Desde que uno nace, desde que ve la relación que tienen los padres entre sí y todo, ya eso es educación sexual, me imagino yo...
K. F.: Decir siempre la verdad, ¿es contraproducente?
A. A.: Tendría que ser bueno, pero no se puede...
K. F.: ¿De dónde te salen los golpes que le das al tambor?
A. A.: De mi personalidad... Sí, de mí...
K. F.: ¿De alguna parte del cuerpo en especial?
A. A.: No, de adentro de mi cuerpo. O sea, mi cuerpo es un medium...
K. F.: ¿De dónde viene entonces la cosa?
A. A.: Viene de un lado que yo no sé, nadie sabe... Una vez Calamaro dijo: "Todos los días aparece una canción y, a veces, me toca escribirla a mí". Como que siempre están. Y bueno, yo creo que uno tiene que estar preparado porque la música pasa y si uno no está preparado para tocarla...
K. F.: ¿Te la dicta alguien? ¿Dios? ¿el cosmos?
A. A.: Y, no sé. Uno tiene que estar preparado. No se sabe. Es un momento mágico... Hay músicas que no las dicta nadie, que no existen, que no tienen ninguna magia...
K. F.: Pero si tuvieras que elegir una parte del cuerpo de donde te sale la pulsación...
A. A.: Mmm... la panza...
K. F.: La percusión, en vos, ¿está relacionada con lo sexual o con el corazón de tu vieja cuando estabas en su útero?
A. A.: Y, eso también es sexual. La sexualidad y todo lo más primitivo de las personas --no el sexo sino la sexualidad-- la música y todo el arte sale de ese lugar...
K. F.: Más allá de la batería, ¿te interesa algún otro instrumento?
A. A.: Además de tocar la batería y la percusión, soy cantante. Y, la verdad, me gustaría tocar bien todos los instrumentos.
K. F.: ¿Qué opinás de la frase: "El ataque es la mejor defensa"?
A. A.: No me interesa. Porque yo soy de atacar, pero no quiero atacar a nadie.
K. F.: ¿Sos de atacar? ¿o lo eras?
A. A.: No, sigo siendo. Lo que pasa que ahora me domino... (risas).
K. F.: ¿Sos competitiva?
A. A.: No, sino que soy muy, así, frontal. Pero no soy competitiva, eh... Tengo personalidad de lider...
K. F.: ¿Le tenés miedo a la muerte?
A. A.: No a la mía, sino a la de la gente que yo quiero.
K. F.: La plata, ¿hace la felicidad?
A. A.: No, pero las cosas que podés comprar con la plata, a veces sí. O las tranquilidades que te da, acá donde vivimos nosotros, ¿no?
K. F.: ¿Tener o ser?
A. A.: Ser...
K. F.: El argentino, ¿es hipócrita?
A. A.: Sí, sí que es hipócrita.
K. F.: ¿Qué es ser "careta"?
A. A.: Es ser argentino... (risas).
K. F.: ¿Sos optimista respecto del futuro del país?
A. A.: Quiero ser optimista porque tengo un hijo. Pero para eso no hay que leer los diarios ni ver la tele...
K. F.: ¿Cuerpo o espíritu?
A. A.: Los dos...
K. F.: ¿Vas al gimnasio? ¿te cuidás físicamente?
A. A.: No tengo tiempo ahora. Antes hacía danza afro y yoga, pero ahora no puedo.
K. F.: ¿Para qué sirve la Internet?
A. A.: No sé, porque no estoy conectada. Supongo que sirve para tener un montón de información... No quiero quedarme afuera del futuro pero tampoco me interesa recibir tanta información, que no sabés después qué hacer con todo eso...
K. F.: ¿Cuál sería la primer orden que darías si fueras Presidente de la Nación?
A. A.: No sé porque jamás lo sería.
K. F.: ¿Qué es ser boludo?
A. A.: Qué sé yo, no sé. Ser boludo es ser boludo... (risas).
K. F.: ¿Música clásica o cumbia?
A. A.: Todas las músicas.
K. F.: La última, Andrea. Muchas de tus respuestas fueron "no sé", o "no me interesa", ¿se puede decir que sos una mina escéptica?
A. A.: No, no. Sino que, desde que soy mamá, tengo muy poco tiempo, entonces gasto el tiempo en lo que me interesa y descarto ya... Antes hacía un montón de cosas. Ahora descarto... Ya estoy más grande, ¿no? y hay cosas que realmente no me interesan.
Por: Klau Fimiani
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