lunes, 6 de marzo de 2006

Un año sin la viejita...

Dicen los que saben que estas cosas hacen crecer. Sí, es cierto.
También dicen que lo que no nos mata, nos fortalce. Sí, también es cierto.

Mucha gente incluso me ha dicho que me ve mucho mejor ahora, más adulto, más grande, más maduro.

Y sí... puede que sea así...

Dicen y repiten como loros, todo el tiempo, "y bueno, es la vida...", "la vida es así...", "es natural...".

Pero el dolor desgarrador, diario, de no tener a mi viejita físicamente, se los encargo... Es inconmensurable y te atraviesa el alma como un rayo helado y persistente. Casi una tortura.
Realmente no hay palabras que puedan expresar los efectos en nuestra alma de esa intensidad de dolor que es como un goteo, minuto a minuto, hagas lo que hagas. Pero una palabra se le
acerca bastante: devastador.

Y la verdad es que daría cualquier cosa por ser el inmaduro, tierno e inocente muchacho de antes, pero seguir disfrutándola y teniéndola junto a mí, seguir disfrutando sus charlas, sus anécdotas, su buen humor, su alegría de vivir, compartiendo sus deliciosos mates... Y no solo espiritualmente, como ahora.

Y es que mi madre fue, es y será un Angelito, una Santa de verdad, con un corazón grande como una casa y una bondad y generosidad infinitas... Y es la persona que más quise y quiero en el mundo entero. Si hasta todos mis amigos que tuvieron el privilegio de conocerla, me envidiaban por tener una super madre así, ¡y me lo decían! ¡y era mi orgullo!

Y lo peor de todo, es cuando sabés que tu mamá se fue por el error de una ignorante que se hacía llamar "doctora" --pero seguro que compró el título y no sabe ni curar una gripe...-- que la mal
diagnosticó, la descuidó, la abandonó a su suerte...

Si sos un muchacho inmaduro, tierno e inocente, como era yo hasta el año pasado y tenés la dicha de tener con vos a tu vieja, ojo, estate atento, no te descuides, mantenete alerta... Porque esta
es una sociedad muy enferma, perversa y totalmente injusta e incoherente, la mires por donde la mires y no hay seguridad ni garantías para nadie.

Y cualquier mal nacido ignorante, con un poquito de poder, puede matar a quien más querés y seguir paseándose impunemente por ahí...

Y si existe un Dios, un karma, una Ley de causa y efecto, como yo creo... Esas "personas" que por negligencia le cortaron la vida a mi vieja y se borraron, sé que la van a pagar. En esta vida,
cuando se mueran o en la próxima reencarnación. Pero la van a pagar.


Y desde estas páginas, les solicito, humildemente, a todos los Angeles Guardianes y a todas las autoridades y Maestros celestiales que vigilen de cerca esta situación para que los culpables paguen con dolor y angustia sus barbaridades. De mi madre y de todas las madres y seres humanos en su misma situación.

Y les agradezco de corazón desde ya por todo lo que puedan hacer al respecto.

Un abrazo,

Claudio Fimiani
www.clauonline.com.ar
www.deArriba.com/default.asp?reff=LTC511

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