lunes, 25 de julio de 2005

¡Aguante el Geriátrico del Rock 'n Roll!



Primero en mi felíz niñez y luego en mi agitadísma adolescencia yo los escuchaba mucho. No sólo los escuchaba sino que los cantaba, veía sus fotos y videos y los súper respetaba, como a esos viejos rockers ya clásicos, que tienen todo el aguante. Hablo de los '70s y '80s. Y si bien nunca fui ni me consideré un "stone", reconocía que lo que hacían los "Cantos Rodados" -algunos dicen que esa es su traducción- era bueno y auténtico.

Pero luego vinieron los '90s y el nuevo milenio, y uno los siguió escuchando, en especial sus excelentes, siempre "jóvenes" y clásicos temas setentosos y ochentosos.

Pero -con todo respeto, gente- a estas alturas del 2005, ¿no están un poco podridos de estos viejitos multimillonarios cada vez más decadentes haciendo lo mismo de siempre? ¿No huelen acaso una fragancia a billete de dolar recién salido del horno, como un tufillo a curro disfrazado de El Ultimo Clásico Viviente del Rock & Roll?
Seamos sinceros, ¡estos abuelos tienen tantos millones de dólares como para que vivan como Duques, sus hijos, nietos y varias generaciones más! ¡Y por favor, no me salgan con que lo hacen por amor al arte o que simplemente 'es sólo rock and roll y les gusta'! ¡No jodamos, muchachos!

¿No es hora ya de que nos contentemos con ver sus estatuas en el Museo de Cera de Londres, por ejemplo?

Ojo, lo digo con cariño -como si se lo dijera a mi propio padre si viera que empieza a chochear y hacer el ridículo-, mientras disfruto una vez más de esta, para mí, casi "canción de cuna", que es Under My Thumb.

Pero, ¿no es siempre mejor irse sin que los echen, retirarse a tiempo con todos los honores y disfutar de una de las mejores jubilaciones de privilegio del planeta?

Pero bueno, la realidad es que, evidentemente, Dios, los Angeles, las fuerzas del Más Allá y el Cosmos en general -y también, hay que decirlo, sus fieles y sacrificados seguidores, siempre firmes junto a Mick & cia.- aún quieren que estos tipos incansables nos sigan acompañando un rato más. Y que ellos, a su vez, la sigan juntando con pala, quizás -como decía antes- para que sus hijos y nietos puedan disfrutar no sólo del rock and roll que tanto les gusta sino también de lo mejor de la vida terrenal, sin tener que laburar nunca jamás.

Y mientras esperamos que vengan a visitarnos otra vez -Olé olé olé oleeee...- sigamos escuchando Streets Of Love. Aunque yo sin embargo me sigo quedando mil veces con el "viejo" Under My Thumb.

Un abrazo,

Klau Fimiani

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