Sí, sí, leyeron bien: lamentablemente, no existen...
Así que no sean pelotudazos y no vayan a la noche a dejar en el patio los zapatitos con la cartita y el jarro con agua para los camellos, como hice yo tantos años... porque después, cuando uno se entera de la verdad, grande es la decepción. Así que mejor sépanlo desde ahora.
¡Tranquilos...! Es obvio que lo anterior no va dirigido a los niños, ya que ellos dificilmente accedan a este Blog... Esto va dirigido a sus padres, tíos, etc... Porque mucho peor que los pibes, santos inocentes, se crean todas esas fantochadas foráneas, es que haya "adultos" que digan orgullosos "yo creo en los Reyes Magos"...
Creo que sería bueno y saludable para ellos -y sobre todo para sus hijos y sobrinos- que crezcan y los eduquen en la verdad... ¿Qué clase de educación sexual les darán a sus hijos, contándoles el cuento de la cigueña?
Es increíble cómo esta cultura occidental nos comió la cabeza desde que nacimos: Santa Claus, Reyes, Halloween, San Patricio, San Valentín... ¡Cuánta basura, por Dios...!
De esta forma, en nombre de la cuota necesaria de magia, ilusión y fantasía que todos necesitamos para vivir, nos estupidizamos unos a otros, como sumidos en una psicosis colectiva infantiloide, potenciada y multiplicada miles de veces desde los "multimedios de incomunicación" globales y de la que los comerciantes, astutos ellos, aprovechan para sacarle provecho.
De todas maneras, ¡Feliz Año Nuevo... y Felices Reyes, qué joder...!
Un abrazo,
Klau Fimiani
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