P: -¿Quién sos...?
K.F.:-Soy básicamente un espíritu encarnado en un ser humano, habitante y ciudadano del Planeta Tierra, quien intenta ser lo más consciente posible, evolucionar espiritualmente y ser 100% auténtico, simplemente yo mismo, sin dejarme condicionar o influenciar demasiado por el medio en el que me toca coexistir y cohabitar.
P: ¿Te cuidás?
K.F.:-Ya no tomo alcohol -salvo raras ocasiones, que últimamente son varias...- y desde el invierno pasado ya no fumo tabaco ni nada. Pero no me privo de una Cocucha de vez en cuando... Pero amo la vida sana, saludable y natural. Ya descontrolé por demás, por varias vidas -desde mi niñez hasta hace poco- y probé todo lo que tenía que probar y más... Ahora me siento mucho mejor cuidándome y quiero seguir así. Pero, claro, como nos pasa a tantos, con el frío suelo guardarme -sin complejos ni culpas- como el oso goloso y perezoso a invernar, léase: dormir, comer mucho, rico y de todo un poco, muchas veces en la cama -incluyendo algún que otro bomboncito-, hacer el amor, ver tele, tomar cerveza, vinos ricos, comer tortas y otras yerbas...
P: -¿No hacés deportes?
K.F.: -Sí, justamente todo eso que consumo, toda esa comida y bebida, la compenso entrenando mucho con la bici, saliendo a caminar y a correr al parque y en primavera-verano vuelvo a hacer algo de dieta, hasta las Fiestas, claro... Un poco para que mi querida pancita no crezca demasiado, pero más que nada para sentirme bien y no perder demasiado el estado.
P: Algo me dice que no sos vegetariano...
K.F.: -No, aún en las épocas del año en que me cuido más, no soy vegetariano y mucho menos vegano. La ensalada la acompaño siempre con carnes. Amo las carnes, en todo el sentido de la palabra. También los quesos, las cremas y la leche. Cultivo la espiritualidad para algún día partir de este cuerpo, pero hoy por hoy de carne somos... ¿o no?
P: -¿Cómo sos en tu interior, como ser humano y como hombre?
K.F.: -Dejando de lado lo que comemos -lo cual dice muchísimo de nosotros-, soy un tipo contenedor, sensible, afectuoso y espero lo mismo en una mujer.
P: -¿Cultivás tu espiritualidad?
K.F.: Así es... Practico desde hace años meditación e introspección, que junto con el existencialismo es el camino para desarrollar nuestro espíritu, el sexo tántrico y el nudismo. Estas cosas me dan mucha libertad, felicidad y plenitud, en especial el nudismo, ya que es el estado más natural, el que Dios -o como quieran llamarle- nos trajo a este mundo y nos llevará de él.
P: -¿Qué opinás del porro?
P: -¿Qué opinás del porro?
K.F.: Nada en especial. El que quiera fumar, que fume en libertad. Por mi parte, la única yerba que estoy consumiendo actualmente y a la que soy casi adicto es la yerba mate. Casi siempre estoy tomando mate. Y ojo, no soy uruguayo, soy porteño hasta la médula. Pero mi más grande sueño es vivir en el campo, rodeado de naturaleza agreste, soledad y la menor cantidad de gente posible.
P:- ¿Podríamos deducir que sos un poco antisocial o hermitaño?
K.F.: -Como decía Tolstoi, no es que me moleste la gente, pero estoy mejor sin ella...
P: -¿Qué amás, qué te apasiona, Claudio?
K.F.: -Amo el sol, el calor, el mar, el verano. También me gustan las noches cálidas y trasnochar. Pero detesto el frío y el invierno, así como la frialdad en los seres humanos.
También amo la música, el cine, la fotografía, la pintura y todo el arte en general. Nadie debería permitirse pasar por la vida sin gozar de tanta belleza disponible y casi gratis...
También amo la música, el cine, la fotografía, la pintura y todo el arte en general. Nadie debería permitirse pasar por la vida sin gozar de tanta belleza disponible y casi gratis...
P: -¿A qué te dedicás actualmente, cómo te ganás la vida?
K.F.: -Ese es el aspecto más mundano y menos importante: lo que hacemos, las máscaras que usamos socialmente, el personaje que adoptamos en este teatro de la vida, para sobrevivir lo mejor posible... en mi caso es justamente el teatro, la actuación. Soy actor y modelo vivo. También hago otros trabajos como por ejemplo profesor de computación, protección anti-hackers de computadoras a domicilio, compro y vendo CDs, alquilo habitaciones en casa, etc...
P: -¿Para vos el trabajo es un medio o un fin en sí mismo?
K.F.: -Obviamente es un medio para poder vivir mejor, pero eso está totalmente pervertido y se ha vuelto un fin en sí mismo... Particularmente, no estoy tan loco ni soy masoquista, en estas condiciones no me gusta trabajar -al menos no de la forma tradicional- ni la esclavitud a la que se sume muchísima gente toda su vida por dos pesos con cincuenta. Y encima lo cuentan con orgullo como si fuese una gran hazaña, en vez de sentir pena o bronca por sí mismos, por sacrificar sus vidas para enriquecer a sus patrones... Y para peor, se lo inculcan a sus hijos desde niños, como si el arrastrarse y autohumillarse fuese algo heroico, para imitar... Yo solo hago lo que me gusta, más allá de cuánto me paguen. No podría hacer algo que me disguste, aunque sea un poco, ni por todo el oro del mundo.
P: -Hablemos del amor, ¿es posible en este mundo de hoy?
K.F.: -Sí, claro que es posible! Pero creo que el verdadero amor, es no solo libre sino también incondicional. Lo otro, lo que abunda lamentablemente, son juegos de poder y ego, disfrazados de amor...
P: -Más allá de la imagen de divertido y liberal que te encargás de dar, en el fondo se advierte un tipo serio, por demás normal, ¿qué hay de cierto en eso?
K.F.: -Soy un tipo super divertido, pero tranqui, ojo... Solo me río -desde el estómago- cuando de verdad me dan ganas y soy cero careta, jamás ando por ahí con una sonrisa falsa o forzada por compromiso, para quedar bien, solo para complacer a los demás. Me importa tres pitos el qué dirán.
P: -¿Admitís algún defecto?
K.F.: -¡Pero claro! ¡Soy un simple ser humano! Un defecto totalmente asumido es que me amo demasiado a mí mismo. Y a la vez me doy con un caño, me sobre exijo... Una amiga psicóloga me decía con humor que hasta que no me desenamore un poco de mí no lograré volver a enamorarme de una mujer y tener una relación estable y duradera... Quien sabe. Por lo pronto sé que de verdad me encantaría volver a enamorarme y que, obviamente, esa mujer me acepte 100% tal cual soy. O como mínimo, el 99%. De todas formas creo ser mucho menos egocéntrico de lo que era cuando era más joven, que era verdaderamente insoportable e infantil...
P: Ok, gracias, Klau.
K.F.: De nada. Un abrazo infinito a todos los que lean.