Hablando de intolerancia, que ha aflorado con fuerza en estas últimas semanas, una de esas tensas noches en medio de las idas y vueltas en pleno conflicto entre campo y gobierno, un verdadero cara dura dijo con tono marcial en pleno intento de desestabilización institucional desde una radio cuyo nombre empieza con A y termina con A y que debería empezar con N para ser más coherente con su ideología, ya que es una de las radios que en los últimos años pasó de ser de una de las más progresistas a una de las más golpistas, antidemocráticas y antinacionalistas: "Batiremos nuestras cacerolas y budineras (¡!) cada vez que un gobierno sea elegido por votos no calificados (¿¡?!)"
Si lo que estuviese diciendo ese fulano no fuese en serio y además terrible, uno pensaría que se trataba apenas de un inofensivo programa de humor grotesco, onda Todo x 2 pesos... Pero no, ese cara dura hablaba en serio...
Pregunto: ¿Cómo puede un grupo de gente por más plata que tenga, arrogarse el derecho de venir a decir que un voto es más calificado que otro en un país democrático? ¡es un disparate, pero total! ¿No les hace acordar a los censores de gobiernos militares que decidían por nosotros cuáles películas podíamos ver y cuáles no y las que arbitrariamente decidían que no, solo las disfrutaban a escondidas ellos y sus amigos...? Ese delirante que escribió y leyó al aire esa columna de tono cuasi bizarro en ese programa de radio aquella triste noche, ¿tenía alguna al menos lejana, remota idea, de la barbaridad que estaba diciendo al aire desde un importante medio de comunicación...? ¿Acaso los votos que él y sus amigos paquetes le habrán seguramente dado a "Méndez" o a algún otro similar de la extrema derecha reaccionaria, sí eran votos calificados y válidos...? ¿Solo esos pocos -en comparación- votos neoliberales son los calificados y válidos...?
"Suenan las Essen, se vino el cacerolazo cool" (como dice una colega)
Realmente estos días sirvieron -entre otras cosas muy significativas- para darnos cuenta del patetismo e intolerancia fascista que aún existe en los argentinos. En todos nosotros, aunque en algunos sectores se hizo más visible que en otros, claro.
Por eso, como sostenía al principio de este post, tal vez ahora sea el tiempo de la reflexión y una profunda autocrítica. Si es que queremos seguir existiendo como individuos, como comunidad, sociedad, país y Nación. Tal vez ahora es el momento de volver a cuidar esta democracia que tenemos y tanto dolor nos costó recuperar. Que seguramente es imperfecta claro, pero que es el mejor de los sistemas conocidos, sin ninguna duda.
Por eso, desde mi humilde lugar, apelo a la unión de todo el pueblo argentino: blancos, pobres, morochos, ricos, rubios, de zona sur, de zona norte, peronistas, radicales y de cualquier otro signo político, de boca y de river, de derecha y de izquierda. No les hagamos el juego a quienes quieren desunirnos para dominarnos. Después puede ser demasiado tarde para lágrimas y arrepentimientos.