(Dos ideologías opuestas detrás de dos clásicos de Spielberg)
En Close Encounters of the Third Kind o Encuentros cercanos del tercer tipo --una de mis pelis preferidas de todos los tiempos-- se muestra una visión menos efectista o sensacionalista pero más cercana a la realidad de lo que son nuestros hermanos los ET.
Se nota que el film está basado en información de primera mano --muchas veces clasificada, es decir oculta, por los servicios de inteligencia de los "imperios del mundo", ellos dicen que para evitar posibles psicosis colectivas...-- acerca del fenómeno OVNI y los contactos extraterrestres. Esto es amistosos seres ultra evolucionados, pacíficos, inteligentes y amables, quienes ya han visitado y hasta contactado decenas de veces con terrícolas y que siempre vienen en son de paz y más para ayudarnos que para valerse de nosotros.
Y cada vez que veo esta excelente película --debo ir por las cincuenta...-- sin duda la mejor película de Spielberg, entre decenas de emotivas sensaciones, reflexiono que con este brillante producto artístico el director ha demostrado que se puede hacer una excelente película, casi un documental por lo realista, y a la vez un producto comercial divertido que sea un éxito de taquilla como lo fue y un clásico del cine como lo es y lo será.
Y solo con la verdad, muy pocos efectos especiales, nada de sangre y casi ninguna muerte y sin necesidad de recurrir a la mentira y a los clásicos mitos y temores infantiles y de gente ignorante.
Sin embargo, con su nueva producción, War of the Worlds (La guerra de los mundos) Spielberg ha dado un giro de 180° hacia estos viejos prejuicios oscurantistas, el golpe bajo y efectista, la desinformación y, en definitiva, hacia la involución.
En su madurez, tal vez presa de la ambición comercial, el brillante director borró con el codo todo lo bueno que había escrito con la mano en su juventud.
Realmente lamentable...
El director que me hizo sentir orgulloso de su talento, del cine y de ser terrícola, por su respetuosa visión de los ETs en Encuentros cercanos del tercer tipo, ahora me hace sentir vergüenza y pena.
Porque le falta a la verdad y calumnia a seres que nada tienen que ver con las miserias humanas, como por ejemplo la guerra.
Además, asesorándose solo un poco con investigadores serios y confiables llegaría fácilmente a la conclusión de que la visión más cercana a la realidad es la que le imprimió a Close Encounters y no a War of the Worlds (que se ubica en el estilo de Independence Day y de la mayoría de las películas sobre esta temática).
Es más, seguramente Spielberg esto ya lo tenga en claro, pero así y todo se inclinó por un clishé, por una simple fórmula comercial: una historia irreal sobre ETs malos y humanos buenos, pero que engancha más a la gente que contar la verdad, que tal vez no es tan espectacular.
Pero detrás de esta aparentemente inocente propuesta amarillista o sensacionalista, no solo está la ambición comercial --que sería lo menos malo en un empresario como ha devenido el famoso director...-- sino que está además esa vieja visión simplificadora, egocéntrica, ¿fascista?, de "nosotros somos los buenos y ellos, los malos".
Diga la verdad, querido lector, ¿no le suena conocida esta ideología...?
Un abrazo,
Claudio Fimiani
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